Endocarditis infecciosa

La endocarditis infecciosa es una infección de la membrana que recubre el interior de las cavidades del corazón (lo que se denomina endocardio) o las válvulas cardíacas.

Sin tratamiento, la endocarditis puede causar otras complicaciones, tales como un coágulo sanguíneo (embolia), un ritmo cardíaco irregular (arritmia), un daño o destrucción de las válvulas y, con el tiempo, una insuficiencia cardíaca congestiva (ICC).

¿Cuál es la causa de la endocarditis infecciosa?

La infección que da lugar a una endocarditis puede ser causada por bacterias, hongos u otros microorganismos que penetran en la corriente sanguínea. (Posiblemente haya oído el término endocarditis bacteriana, endocarditis bacteriana subaguda o EBS. Estos términos se utilizan para la endocarditis causada sólo por bacterias —generalmente los estreptococos del grupo A— y no por otros microorganismos.)

Normalmente, los microorganismos viven sobre la piel, en la boca, en los intestinos y en las vías urinarias, pero no en la sangre. Sin embargo, a veces los microorganismos pueden penetrar en la corriente sanguínea (por ejemplo, durante un procedimiento quirúrgico o dental).

En la mayoría de la gente, la presencia de microorganismos en la corriente sanguínea no constituye un problema. Pero si una de las válvulas cardíacas se daña, el cuerpo envía inmunocitos, plaquetas y fibrina (una sustancia coagulante) para reparar el daño. Este proceso puede dar lugar a una endocarditis si algunos microorganismos presentes en la corriente sanguínea quedan atrapados debajo de las capas de estas células. Los microorganismos atrapados dan lugar a la formación de grumos de tejido dentro del corazón y sobre las válvulas cardíacas. Estos grumos se denominan vegetaciones.

Las vegetaciones son peligrosas porque pueden desprenderse y penetrar en la corriente sanguínea. Este proceso se denomina embolización. Si el émbolo (el grumo que se desprende) es lo suficientemente grande, puede obstruir un vaso sanguíneo. La obstrucción puede reducir el flujo de sangre rica en oxígeno a algunas partes del cuerpo.

¿Quién corre riesgo de padecer una endocarditis infecciosa?

El riesgo de padecer una endocarditis es mayor si la persona tiene otros problemas del corazón o una válvula cardíaca dañada. La endocarditis es más común en personas mayores de 50 años de edad, y es más frecuente en los hombres que en las mujeres.

El riesgo de padecer una endocarditis es mayor si la persona:

  • Sufre de una enfermedad valvular.
  • Se ha sometido a una sustitución valvular cardíaca.
  • Tiene un defecto cardíaco congénito (es decir, de nacimiento).
  • Tuvo fiebre reumática o cardiopatía reumática en la niñez, que produjo cicatrización en las válvulas cardíacas.
  • Sufre de cardiomiopatía hipertrófica (engrosamiento de las paredes del corazón).
  • Usa drogas intravenosas.

¿Cuáles son los síntomas?

Si tiene endocarditis aguda, es decir, si la infección se produjo recientemente, podría sentirse como si estuviera engripado, con fiebre, sudoración nocturna, dolor generalizado y falta de energía.

Si sufre de endocarditis crónica, que puede durar varios meses, podría sentirse afiebrado, tener escalofríos, sentirse muy cansado, bajar de peso y tener dolor en las articulaciones, sudoración nocturna o los síntomas de una insuficiencia cardíaca.

Otros síntomas pueden incluir manchas rojas en las palmas de las manos y las plantas de los pies (denominadas lesiones de Janeway) o lesiones rojas dolorosas en las puntas de los dedos de las manos y de los pies (denominadas nódulos de Osler).

¿Cómo se diagnostica la endocarditis infecciosa?

La mayoría de los médicos sospecharán que se trata de una endocarditis infecciosa al oír los síntomas y si el paciente tiene antecedentes de cardiopatía congénita, fiebre reumática o enfermedad valvular. Los médicos también pueden revisar los dedos de las manos, para ver si hay pequeñas líneas oscuras debajo de las uñas que parecen astillas (que se denominan «hemorragias en astilla»), y los ojos, para ver si hay vasos sanguíneos rotos en la retina (que se denominan «manchas de Roth»).

Con un estetoscopio, el médico puede auscultar el pecho para detectar el sonido característico de un nuevo soplo cardíaco o un cambio en el sonido de un soplo cardíaco viejo. Los soplos cardíacos son causados por el sonido de válvulas cardíacas defectuosas y por ciertos defectos del corazón.

Muestras de sangre extraídas de diferentes áreas del cuerpo pueden indicar a los médicos si hay microorganismos en la corriente sanguínea. Las muestras se colocan en un medio de cultivo, donde el microorganismo puede crecer, a fin de poder analizarlo e identificarlo.

Puede realizarse una ecocardiografía para ver la estructura y función de las válvulas, el movimiento de la pared del corazón y el tamaño general del corazón. Éste es, sin lugar a dudas, el método más fiable para diagnosticar una endocarditis infecciosa.

Otras técnicas imagenológicas, tales como la ecocardiografía transesofágica (ETE), la tomografía computada (TC) y la resonancia magnética (RM), pueden emplearse para realizar un diagnóstico más completo o averiguar si hay otras complicaciones.

¿Cómo se trata la endocarditis infecciosa?

Los medicamentos denominados «antibióticos», que matan los microorganismos, son la primera línea de tratamiento para la endocarditis infecciosa. Si las válvulas cardíacas han sido dañadas por vegetaciones, posiblemente deba realizarse una intervención quirúrgica.

Modificación del estilo de vida

Antes los médicos daban antibióticos antes de un procedimiento dental o quirúrgico a cualquier persona que tuviera un soplo cardíaco. (Estos procedimientos pueden permitir que penetren bacterias en la corriente sanguínea.) Hoy en día, la mayoría de los médicos opina que sólo los pacientes que se han sometido a una sustitución valvular cardíaca, los que han tenido una endocarditis y aquellos con defectos cardíacos congénitos, enfermedad valvular documentada (tal como un prolapso de la válvula mitral) o cardiomiopatía hipertrófica deben tomar antibióticos antes de un procedimiento dental o quirúrgico. Si no está seguro si debe tomar antibióticos antes de un procedimiento, hable con su médico o dentista.

Medicamentos

Los médicos solían administrar antibióticos antes de intervenciones dentales o quirúrgicas a los pacientes que tenían soplos cardíacos, ya que estas intervenciones pueden permitir el paso de bacterias al torrente circulatorio. Hoy en día, la mayoría de los médicos creen que solo se requieren antibióticos antes de intervenciones dentales o quirúrgicas si al paciente le han reemplazado una válvula cardíaca, si ha tenido endocarditis, si tiene una anomalía cardíaca congénita o una enfermedad vascular comprobada (por ejemplo, prolapso de la válvula mitral), o si padece cardiomiopatía. Consulte con el médico o con el odontólogo sobre las pautas vigentes al respecto.

Procedimientos quirúrgicos

En algunos pacientes, la endocarditis puede dañar totalmente una válvula cardíaca. De ser así, el médico podría recomendar una intervención quirúrgica para reparar o sustituir la válvula dañada.