Miocarditis

El miocardio es la pared muscular del corazón o músculo cardíaco. Se contrae para bombear la sangre fuera del corazón y luego se relaja a medida que el corazón se llena con la sangre que regresa. La membrana serosa exterior del miocardio se denomina «epicardio». La membrana que recubre su interior se denomina «endocardio».

La miocarditis es una inflamación del miocardio. Cuando el corazón se inflama, no puede bombear tan eficazmente debido a la hinchazón (edema) y al daño sufrido por sus células. El músculo cardíaco puede dañarse aún más si el sistema inmunitario envía anticuerpos para tratar de combatir la causa de la inflamación. A veces estos anticuerpos atacan en cambio los tejidos del corazón. Si se dañan demasiadas células del músculo cardíaco, éste se debilita. En algunos casos, este proceso es muy rápido y da lugar a una insuficiencia cardíaca o incluso una muerte súbita.

Más comúnmente, el corazón trata de regenerarse por sí solo. El músculo cardíaco se regenera cambiando las células dañadas o muertas del músculo cardíaco en tejido cicatricial. El tejido cicatricial no es como el tejido muscular cardíaco porque no se contrae y no puede contribuir a la acción de bombeo del corazón. Si se forma suficiente tejido cicatricial en el corazón, puede dar lugar a una insuficiencia cardíaca congestiva o una cardiomiopatía dilatada.

¿Cuál es la causa de la miocarditis?

La miocarditis es una enfermedad poco común. La inflamación del músculo cardíaco puede ser causada por:

  • Una infección vírica, bacteriana o fúngica.
  • La fiebre reumática, que puede producirse si los anticuerpos que el organismo envía para combatir una infección estreptocócica atacan en cambio los tejidos de las articulaciones y el corazón.
  • La intoxicación medicamentosa o química.
  • Las enfermedades del tejido conectivo, tal como el lupus o la artritis reumatoide.

¿Cuáles son los síntomas?

Un caso leve de miocarditis puede no producir síntoma alguno. La persona puede tener fiebre, dolor en el pecho y cansancio extremo, como si tuviera un catarro fuerte o una gripe. Algunas personas tienen un ritmo cardíaco irregular (arritmia) o dificultad para respirar. Típicamente, un caso leve de miocarditis desaparecerá sin dejar un daño permanente. Los casos graves podrían no diagnosticarse hasta que la persona no tenga síntomas de insuficiencia cardíaca. Incluso los casos graves pueden desaparecer sin aviso, pero estos casos graves típicamente producen daños permanentes e irreversibles en el músculo cardíaco.

¿Cómo se diagnostica la miocarditis?

La miocarditis es difícil de diagnosticar porque puede parecerse a muchas otras enfermedades. El médico podría sospechar que usted tiene miocarditis si sus síntomas aparecieron dentro de los 6 meses siguientes de haber sufrido una infección. Pueden usarse varias pruebas diferentes para confirmar el diagnóstico:

  • Con un estetoscopio, los médicos pueden tratar de detectar un ritmo cardíaco rápido (lo que se denomina «taquicardia»).
  • Los análisis de sangre permiten detectar una infección reciente o signos de inflamación en el organismo.
  • Una radiografía de tórax puede mostrar a los médicos si hay una acumulación de líquido en los pulmones (lo que se denomina «edema pulmonar»). Éste es uno de los signos de insuficiencia cardíaca.
  • La electrocardiografía (ECG) permite saber más sobre el ritmo cardíaco y el tamaño y funcionamiento de las cavidades del corazón.
  • La ecocardiografía permite ver el movimiento de la pared del corazón y el tamaño general del corazón.
  • Puede extraerse una pequeña muestra del músculo cardíaco empleando un dispositivo especial denominado «biótomo». Este procedimiento se denomina biopsia endomiocárdica. La muestra extraída puede analizarse para detectar la presencia de una infección.

¿Cómo se trata la miocarditis?

La miocarditis se trata con analgésicos y antiinflamatorios. Si la miocarditis es parte de otra enfermedad (tal como la artritis reumatoide), el tratamiento empleado para esa enfermedad también será beneficioso para el corazón. Si la miocarditis es causada por una infección bacteriana, se recetarán antibióticos. En algunos casos podrían recetarse diuréticos, digitálicos, inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (ECA), bloqueantes de los receptores de la angiotensina II o vasodilatadores para facilitar la acción de bombeo del corazón mientras éste se regenera. Para los pacientes que sufren de arritmias, pueden recetarse antiarrítmicos. (Guía de medicamentos cardiovasculares)

Si la miocarditis no ha dañado mucho el corazón, posiblemente sólo sean necesarios los medicamentos y las citas de seguimiento. Los pacientes que sufren un daño mayor posiblemente deban limitar algunas de sus actividades y tomar medicamentos el resto de su vida. Los pacientes que sufren un daño muy grave pueden necesitar un trasplante cardíaco.