Pericarditis

La pericarditis es una inflamación del pericardio. Cuando se produce una pericarditis, aumenta la cantidad de líquido entre las dos capas del pericardio. Este aumento de líquido presiona sobre el corazón y restringe la acción de bombeo.

El pericardio es una membrana delgada de dos capas en forma de saco que envuelve el corazón. La capa externa del pericardio rodea el nacimiento de los principales vasos sanguíneos del corazón. Está unida a la columna vertebral, al diafragma y a otras partes del cuerpo por medio de ligamentos. La capa interna del pericardio está unida al músculo cardíaco. Una capa de líquido separa las dos capas de la membrana, permitiendo que el corazón se mueva al latir, a la vez que permanece unido al cuerpo.

La pericarditis es una inflamación del pericardio. Cuando se produce una pericarditis, aumenta la cantidad de líquido entre las dos capas del pericardio. Este aumento de líquido presiona sobre el corazón y restringe la acción de bombeo.

¿Cuál es la causa de la pericarditis?

La pericarditis se produce con mayor frecuencia en hombres de 20 a 50 años de edad. En la mayoría de los casos, se desconoce la causa de la pericarditis, pero puede ser el resultado de:

  • Una infección vírica, bacteriana o fúngica.
  • Un ataque cardíaco.
  • Una metástasis de un tumor maligno cercano.
  • La radioterapia empleada para algunos tipos de cáncer.
  • Una lesión en el pecho, el esófago (el conducto que transporta el alimento al estómago) o el corazón.
  • El uso de ciertos tipos de medicamentos para debilitar el sistema inmunitario.

También puede producirse una pericarditis en pacientes que sufren de artritis reumatoide, lupus, insuficiencia renal, leucemia, infección por VIH o sida.

¿Cuáles son los síntomas?

El síntoma principal de la pericarditis es un dolor agudo y punzante en el centro o el lado izquierdo del pecho. (En algunos casos puede ser un dolor sordo.) El dolor puede irradiarse al cuello o el hombro izquierdo, y puede ser peor cuando se respira profundamente. El dolor típicamente es menor cuando uno está sentado derecho o inclinado hacia delante, pero puede empeorar cuando uno se acuesta.

Otros síntomas pueden incluir:

  • Fiebre.
  • Tos.
  • Dolor al tragar.
  • Dificultad para respirar.
  • Una sensación de malestar general.

¿Cómo se diagnostica la pericarditis?

Los médicos típicamente sospecharán que uno sufre de pericarditis si les describe sus síntomas y puede indicar cuándo comenzó el dolor y cómo ha ido evolucionando. Además, pueden usarse varios métodos diagnósticos:

  • Con un estetoscopio, el médico puede auscultar el pecho para tratar de detectar un sonido como de superficies que se rozan, que indica la presencia de líquido alrededor del corazón. Si la enfermedad es grave, también podría detectarse una crepitación en los pulmones que es un signo de líquido en el espacio que rodea los pulmones.
  • Una radiografía de tórax permitirá determinar si el corazón está agrandado debido a un aumento de líquido en el pericardio.
  • La electrocardiografía (ECG) permite saber más sobre el ritmo cardíaco y el tamaño y funcionamiento de las cavidades del corazón.
  • La ecocardiografía permite ver el movimiento de la pared del corazón y el tamaño general del corazón. Es además uno de los mejores estudios para ver la acumulación de líquido alrededor del corazón.
  • Puede extraerse una muestra del líquido del pericardio empleando una aguja. Este  procedimiento se denomina «pericardiocentesis». La muestra de líquido extraída se analiza a fin de detectar la presencia de una infección.

Pueden emplearse otras técnicas imagenológicas, tales como la tomografía computada (TC) y la resonancia magnética (RM), a fin de realizar un diagnóstico más completo.

¿Cómo se trata la pericarditis?

La pericarditis se trata con analgésicos y antiinflamatorios. Si la pericarditis es causada por una infección, se recetarán antibióticos.

Si el aumento de líquido en el pericardio restringe la acción de bombeo del corazón, puede ser necesario realizar una pericardiocentesis para extraer el líquido excedente.

En casos excepcionales, puede ser necesaria una intervención quirúrgica.

Si uno ha sufrido de pericarditis aguda, es decir, si la infección se produjo recientemente, típicamente tardará de 1 a 3 semanas en restablecerse. La pericarditis crónica puede durar varios meses.

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