Enfermedad de Kawasaki
Causa inflamación de los tejidos del organismo y, si no se trata, puede ocasionar inflamación del corazón y de las arterias coronarias. Esta inflamación puede ocasionar problemas cardíacos a largo plazo, tales como coágulos sanguíneos, aneurismas o un ataque cardíaco.
La enfermedad de Kawasaki afecta a niños. Se conoce también como síndrome de Kawasaki o síndrome de los ganglios linfáticos mucocutáneos. Causa inflamación de los tejidos del organismo y, si no se trata, puede ocasionar inflamación del corazón y de las arterias coronarias. Esta inflamación puede ocasionar problemas cardíacos a largo plazo, tales como coágulos sanguíneos, aneurismas o un ataque cardíaco.
La enfermedad de Kawasaki afecta con mayor frecuencia a las arterias coronarias, típicamente debilitando sus paredes. Si la pared de una arteria se debilita, la presión de la sangre que pasa por ella empuja la pared hacia afuera, formando lo que podría describirse como una ampolla frágil. Esto se denomina aneurisma. Si en el aneurisma se forma un coágulo sanguíneo, éste puede obstruir la arteria y ocasionar un ataque cardíaco. En casos excepcionales, el aneurisma puede romperse.
La enfermedad de Kawasaki puede ocasionar además inflamación del músculo cardíaco (lo que se denomina miocarditis) o del saco que rodea el corazón (lo que se denomina pericarditis). También puede ocasionar alteraciones del ritmo cardíaco (arritmias).
En la mayoría de los niños, los problemas cardíacos desaparecen después de 5 o 6 semanas y no dejan secuelas duraderas. En algunos niños, las arterias coronarias quedan permanentemente dañadas.
¿Quién corre el riesgo de sufrir la enfermedad de Kawasaki?
La enfermedad de Kawasaki típicamente afecta a niños menores de 5 años de edad. Se presenta con mayor frecuencia en los varones. También es más común en personas de ascendencia asiática, pero puede ocurrir en cualquier grupo racial o étnico. La enfermedad de Kawasaki no es contagiosa, pero los médicos creen que la causa algún tipo de microbio o virus, ya que pueden producirse brotes epidémicos (típicamente a fines del invierno o en la primavera).
Alrededor de 2.500 niños son diagnosticados con la enfermedad de Kawasaki en los Estados Unidos cada año, pero menos del 1 por ciento morirá por complicaciones de la enfermedad. Es muy raro que más de un niño en una familia contraiga la enfermedad de Kawasaki. Además, si un niño ha tenido la enfermedad de Kawasaki, es muy raro que vuelva a contraerla.
¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad de Kawasaki?
Entre los signos y síntomas de la enfermedad de Kawasaki se cuentan:
- Fiebre muy elevada (hasta 40 °C o 104 °F) que dura por lo menos 5 días
- Irritabilidad
- Sarpullido rojo en la espalda, el pecho y el abdomen
- Ojos enrojecidos
- Hinchazón de los dedos de las manos y de los pies
- Hinchazón de las glándulas del cuello
- Lengua hinchada y recubierta por una capa blanca, cuyo aspecto se asemeja a la superficie de una frambuesa (lo que se denomina «lengua aframbuesada»)
- Labios rojos, secos y agrietados
- Dolor de garganta
- Dolor e inflamación en las articulaciones
Dado que muchos de estos signos y síntomas también pueden parecerse a los del sarampión, la escarlatina, la amigdalitis estreptocócica o las alergias, es importante llevar al niño al médico de inmediato. En tanto como un 20 por ciento de los niños, la enfermedad de Kawasaki afecta al corazón, dañando incluso las arterias coronarias o el músculo cardíaco mismo.
¿Cómo se diagnostica la enfermedad de Kawasaki?
Los médicos le preguntarán los síntomas y le harán un examen físico al niño. Es posible que le hagan análisis de sangre, entre ellos un hemograma. Otros estudios diagnósticos permiten determinar si el corazón o las arterias coronarias están dañados.
- Electrocardiografía (ECG), que permite detectar los latidos irregulares (arritmia) y una sobrecarga cardíaca.
- Ecocardiografía, que permite ver el funcionamiento de las válvulas, el movimiento de la pared del corazón, el tamaño del corazón y el tamaño de las arterias coronarias.
- Prueba de esfuerzo con isótopos, que consiste en inyectar una sustancia radiactiva inofensiva en la corriente sanguínea para ver cómo circula la sangre por las arterias.
¿Cómo se trata la enfermedad de Kawasaki?
Las dosis altas de aspirina pueden contribuir a reducir la formación de aneurismas, la fiebre, el sarpullido, y la inflamación y dolor articular. La aspirina además diluye la sangre, lo cual puede evitar la formación de coágulos sanguíneos. Si se administra lo suficientemente temprano, un medicamento denominado gammaglobulina intravenosa puede a veces reducir el riesgo de que se dañen las arterias coronarias.
Los niños que no tienen daño duradero en el corazón o las arterias coronarias típicamente se restablecen por completo. Deben ir a un médico que trate niños con problemas cardíacos (un cardiólogo pediatra) periódicamente durante alrededor de un año.
Los niños con daño leve en las arterias coronarias deben ir al cardiólogo pediatra periódicamente durante por lo menos un año. Después del año, es posible que el médico quiera que el niño acuda a consulta con una frecuencia que oscila entre 3 y 5 años para hacerle un chequeo y determinar qué tanto ejercicio puede hacer sin peligro.
Los niños con daño grave en las arterias coronarias deben ir al cardiólogo pediatra en forma periódica y someterse a estudios de seguimiento, tales como electrocardiografías o ecocardiografías, hasta la edad de aproximadamente 10 años. Después, tal vez tengan que volver al médico cada año a hacerse una prueba de esfuerzo a fin de evaluar el corazón y determinar qué tanto ejercicio pueden hacer sin peligro.
También pueden realizarse intervenciones quirúrgicas o coronarias percutáneas para tratar los efectos a largo plazo de la enfermedad de Kawasaki.